Blogia
España en el diván

¿Sabes de qué tengo ganas?

¿Sabes de qué tengo ganas?

Hoy España llegó estrafalaria, vestida con un foulard de estrechas rayas negras, rojas y amarillas. La noté menos respetuosa que en la sesión anterior, casi indecente y decididamente rejuvenecida. Incluso encendió un pitillo desdeñando la imposición que ordena el cartelón que remata el dintel de la puerta de mi despacho.

 

No quiero discutirme más. Le confieso que mi cuerpo está canalla y me exige urdir alguna infamia. Mis hijitos andan atolondrados contando milongas. Ni me desmantelo tan fácil, ni me aligeran las bragas sin que, al menos, dé un resuello. Déjenme que me alivie más a mi sabor, sin tanto empujón y sin tanto beato; que aun las cachas tengo prietas, las tetas firmes y el magín despierto.  Que a nadie sobresalte tanta propaganda barata ni se duela por mí imaginando infiernos, que más feroces hogueras me azuzaron y no ardí, y anduve en prisiones más ínfimas, castigada por reyes mostrencos. ¡Ay doctorcito!, que cansada es esta tiniebla de iletrados persiguiendo mi nombre. Cuánto añoro a mis poetas de carcajadas, a mis Quevedos humillando a los pretendidos tribunales del Juicio Final. Qué pesados y qué lerdos son estos de ahora. Cuánto actor trágico me menciona con los ojos en blanco. Sepan todos que en mis oscuros secretos hasta gocé de alguno de los tormentos que me dieron, si quien me lo dio no destruyó, sino que vino con risa y tiento. Y a los que me desprecian, diré que sólo los considero brechas de vuestra geografía humana, martillos pilones que no saben obrar de otra suerte. El tiempo les pone disfraces a unos y otros que yo reconozco: trajecitos de chino, de novia virgen, de relojitos de arena que joden en latín indecente. En fin, ya le digo que reconozco la palabrería borrosa que es común y que perdura desde Los Católicos.  Me he propuesto desatar mi apetito carnal, así es que juro que si alguien sueña con mi patria, yo me lo ventilaré en un plis florecido y habanero; que mientras él sueñe yo arderé resuelta e inmortal, enloquecida como una brújula ante un imán. ¡Ay, qué ganas!. 

4 comentarios

Glauka -

Mordaz, cínico, irónico, borde, campechano... como España misma.
Bravo, doctorcito, qué sorpresa más agradable.

Fistro -

Haces bien en retratarla así, que ya va siendo hora de que avancemos un poco, joder.

Anónimo Veneciano -

Qué impúdica pintas a España. Yo la veo más conservadora y facha.

El rey -

Hoy me niego a pensar en España, no vaya a ser...