La muerte cobra su impuesto de seres humanos y no hay orden ni ingenio que la distraiga que, en ausencia de guerras, ella procura acomodarse y buscar otras excusas para entretener su naturaleza. El rigor estadístico permite predecir cuántas serán las desgracias del próximo telediario y de nada servirán plegarias, salvas, ni prevenciones, que la Dama disfrazará de nuevo su apariencia y atinará a hacer lo que le venga en gana. Con su estilo apacible y certero abre la puerta del templo de la inmortalidad y nada le importa que la gente sencilla y la principal muera ahora por causas tan livianas.
La muerte cobra su impuesto de seres humanos y no hay orden ni ingenio que la distraiga que, en ausencia de guerras, ella procura acomodarse y buscar otras excusas para entretener su naturaleza. El rigor estadístico permite predecir cuántas serán las desgracias del próximo telediario y de nada servirán plegarias, salvas, ni prevenciones, que la Dama disfrazará de nuevo su apariencia y atinará a hacer lo que le venga en gana. Con su estilo apacible y certero abre la puerta del templo de la inmortalidad y nada le importa que la gente sencilla y la principal muera ahora por causas tan livianas.
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Martita -
Pibe -