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España en el diván

El defensor del pueblo pide a la Junta de Andalucía que flexibilice la ratio de los colegios concertados

El defensor del pueblo pide a la Junta de Andalucía que flexibilice la ratio de los colegios concertados

Una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía determina que el derecho de los padres a elegir el colegio de sus hijos debe prevalecer sobre la limitación de plazas escolares. La decisión de los tres magistrados, dos de ellos vinculados al Opus Dei y los mismos que cuestionaron Educación para la Ciudadanía, puede paralizar el proceso de escolarización, ya que se publica cuando aún queda una semana para que finalice el plazo de presentación de alegaciones de padres cuyos hijos se hayan quedado fuera del centro elegido como primera opción.  

La sentencia resuelve la denuncia presentada por los padres de una niña que en el curso 2005-2006 no fue admitida en un colegio concertado de Sevilla. Los padres recurrieron la exclusión de su hija porque la Junta no había tenido en cuenta que su hermana estudiaba en el mismo centro.  Hasta ahora, la Junta ha hecho valer sus competencias para dictar las normas que regulan los procesos de escolarización de alumnos, entre ellas la limitación del número de estudiantes por aula. Cuando en un centro hay más solicitudes de admisión que plazas disponibles, la Consejería de Educación aplica un sistema de baremación para determinar qué niños son los que entran y si existen más solicitudes que plazas se establece un sorteo entre los que se quedan empatados en la puntuación de corte. 

El Defensor del Pueblo Andaluz, José Chamizo, dice que el fondo del asunto es la mayor posibilidad de conciliar en los colegios concertados: casi todos ofrecen aula matinal, comedor y actividades extraescolares. Es evidente que no pueden caber todos los niños en unos pocos colegios concertados, pero la Junta tendrá que ser más ágil para adecuarse a la nueva realidad de los padres del siglo XXI.

6 comentarios

Veobesillo -

Pues en otros sitios el sistema funciona, llegando incluso a una situación inconcebible aquí: No existen escuelas privadas. ¿Quién va a pagar por algo que puede ser bueno y gratis al mismo tiempo?
Las distinciones entre buenas y malas existen ya, de ahí la polémica. Los padres deciden, sí, aunque a muchos no les guste, forman una parte inevitable del sistema educativo y deben integrarse en él.

Paria -

Éso que propones acabaría con la Escuela Pública. Contra lo que se diga es de muy buena calidad y no es conveniente hacer distinciones entre buenas y malas y menos aún que entre en el juego de la oferta y la demanda de los padres. Lo que hay que hacer es mejorar para que todo el sistema mejore homogéneamente.

Veobesillo -

Quizás, si se intentase adaptar el número de plazas a la demanda, en vez de repartir a la gente a la fuerza a donde convenga en cada caso, mejoraríamos un poquito el sistema educativo. En Dinamarca, la gente solicita en colegio que quiere con tiempo, y el sistema adapta los recursos de ese colegio a las necesidades. Eso, además crea competencia entre centros públicos: Los malos pierden alumnos y presupuesto y los buenos crecen. El inconveniente es que da mucho trabajo a los que administran los fondos públicos para educación, que aquí es la Consejería de Educación de la J.A.

BRIHUEGA -

La educación pública es un desastre se coja como se coja. Somos los últimos seg´n cualquier baremo de calidad y la jornada escolar es la de los años sesenta (cundo, por cierto, aprendíamos matemáticas, lengua o física de verdad, no como ahora que es todo una pantomima).

Ana -

Yo estoy con el defensor del pueblo. El problema es que casi todos los concertados tienen aula matinal y comedor. Lo que no puede ser es que los niños tengan un hoario de 9 a 13.30, ya que eso obliga a la madre a dejar de trabajar.

TOCAYO -

Lo que habría que estudiar es por qué todos queremos que nuestros hijos entren en colegios privados antes que en públicos, llegando incluso a empadronar a los niños en domicilios ajenos con tal de conseguir una mejor baremación. Conozco docentes de la pública que tienen a sus hijos en privadas. Hay detectives dedicados a indagar sobre la veracidad de los datos aportados por los padres aspirantes a la privada, encontrando casos como parejas que han declarado ser familia monoparental para tener mas puntos para sus hijos. Es como un cuento de pesadilla que nadie se molesta en airear demasiado porque deja ver un enorme boquete en el sistema: la desconfianza de los contribuyentes en el sistema educativo que tanto nos cuesta.