Unas monjas crean una web para atraer vocaciones
Anda la fe bien herida, que no hay doncella que se meta a monja y los conventos mueven cielo y tierra para convencellas, que ya hay en los refectorios más telarañas que muebles y las celdas están tan vacías, que bien pudieran habitarlas tantos que no encuentran morada donde caerse muertos. Cuiden las monjas con ejercer su apostolado entre estos cables de los demonios, que yo sé bien de sus muchos encantamientos y burlas, que aquí quien parece doña de blancos copos es mozo de mulas, y cualquier temeroso fraile de San Benito oculta un gigantazo desaforado de un solo ojo. Nada es lo que parece y abundan los fantasmas, los embustes y las pestilencias y temo que sus oídos sin entreno van a confundir los balidos de las ovejas con el relinchar de los caballos y el ruido de los tambores, y luego a ver cómo ordenan a las lenguas podridas el áspero mandamiento del silencio. Más les vale quedarse solas y en buena compañía, que estas aventuras exigen otras insignias y cortesías que las que reparte el cielo entre sus hijas predilectas.
8 comentarios
rolas -
Saludos...
dora -
Veobesillo -
LeeTamargo -
LeeTamargo.-
Remartín -
Lidia -
Gema -
Cris -