Kelifinders
Una gobernadora de poco seso regala zapatillas para que doncellas y donceles busquen con ese calzo haciendas baratas. ¡Válame Dios que pierdo el color del rostro ante suerte tan mentecata!, que ofende hasta en la propia palabra con la que se invoca el don pretendido. A esos borceguíes o alpargatas las llama kelifinders, un nombre lerdo y bastardo que bien merece un desagravio. Bien me parece que, de aceptarlas, me las echare a la espalda y me encaminaré a un bosque o a una cueva a echar un punto de lágrima, que si esta es toda la virtud de aquella gobernanta, sólo me quedará suplicar al cielo que se vengue de esta doña calzándola a ella con esas infamias. Dejándoselas bien apretadas, habrá que echarla a patadas de su palacio. Con la ayuda del alto Dios probará ella mesma el sabor de su escarnio y, ya sin privilegios, vagará hasta que los dedos de sus pies rompan el cuero.
5 comentarios
pat rizia -
white -
-¿Y dónde dices que vives?
- En residencial kelyfinder, tope guai.
LeeTamargo -
LeeTamargo.-
Maxim -
Arbás -