Cambios en el Real Madrid
Ya era hora que los versos castellanos dejasen de dar noticia de las hermosuras de esos príncipes del juego de la pelota, que no son más que cimientos derribados convertidos en diablos, de tantos maravedíes que ganaron con ese pasatiempo. No sé que bien hallan mis hijos en describir como hazañas lo que no son más que bailes de salón de ganapanes y quimeristas. Se dan aires de grandezas, titulillos y rectorías, cuando no son más que vulgares falsarios con hábitos de bachilleres. Obtendrá grandeza quien los ponga a todos de rodillas y los haga objeto de donaires y de burlas, que ninguna otra cosa merecen. Y luego, a esos grandísimos maleadores, bien les hará tasarlos a un maravedí cada uno, que es lo que valen sus cuentos.
5 comentarios
Quijano -
Magda -
Creo que no te gusta mucho el futbol ¿verdad? o la publicidad sobre él, mejor dicho. El negocio es el fin de todo esto, me parece.
Precioso el cuadro de Balthus que ilustra tu texto.
Bistro -
Perdita Durango -
LeeTamargo -
LeeTamargo.-