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España en el diván

Cambios en el Real Madrid

Cambios en el Real Madrid

Ya era hora que los versos castellanos dejasen de dar noticia de las hermosuras de esos príncipes del juego de la pelota, que no son más que cimientos derribados convertidos en diablos, de tantos maravedíes que ganaron con ese pasatiempo. No sé que bien hallan mis hijos en describir como hazañas lo que no son más que bailes de salón de ganapanes y quimeristas. Se dan aires de grandezas, titulillos y rectorías, cuando no son más que vulgares falsarios con hábitos de bachilleres. Obtendrá grandeza quien los ponga a todos de rodillas y los haga objeto de donaires y de burlas, que ninguna otra cosa merecen. Y luego, a esos grandísimos maleadores, bien les hará tasarlos a un maravedí cada uno, que es lo que valen sus cuentos. 

5 comentarios

Quijano -

En efecto, odio el fútbol.

Magda -

Antes que nada muchas gracias por tu agradable visita y tu comentario para "¿Por qué Rulfo escribe Pedro Páramo?".

Creo que no te gusta mucho el futbol ¿verdad? o la publicidad sobre él, mejor dicho. El negocio es el fin de todo esto, me parece.

Precioso el cuadro de Balthus que ilustra tu texto.






Bistro -

No hay nada que hacer en este mundo de consumo. Ni creatividad ni ostias. Estamos perdidos

Perdita Durango -

Habría que prohibir el futbol profesional. Es escandaloso que se manejen esas cantidades de dinero.

LeeTamargo -

...Pero es que el bombardeo televisivo y propagandístico es excesivo para estas mentes infantes y las que no lo son tanto. Menos baile de salón y más compositores creativos... SALUDANDO:
LeeTamargo.-