El gobierno propondrá el teletrabajo de los funcionarios para facilitar la conciliación laboral
La siesta es la mayor enemiga de la conciliación laboral. El horario de trabajo español, caracterizado por el turno partido, hace inviable atender a los hijos, que acaban solos en casa viendo la tele o enganchados a los videojuegos. Así no hay forma. España crece económicamente por encima de la media europea gracias a que cada españolito trabaja más horas que nuestros vecinos de guirilandia. Mientras a las seis de la tarde un belga, un francés o un británico está cenando, el español sigue al pie del cañón contribuyendo al bien común, a la riqueza del país, a nuestro envidiable despegue y productividad, fruto de nuestra noble raza y condición alegre y trabajadora. Blablablá. A ver quién es el político que se atreve a prohibir el turno partido, a ordenar que se cumpla la jornada real de cuarenta horas semanales. Ni uno. Es mejor seguir el ejemplo de eficiencia de los chinos: jornadas de 18 horas y salarios de miseria. Ole. Eso sí que es competitividad. Y qué gracia le hace a los guiris nuestra cabezadita después de comer. Una risa.
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Remartín -