La ciencia prueba que entre los 40 y los 50 años de edad menudean las depresiones. La crisis surge cuando muere la esperanza, cuando termina el viaje que nuestra imaginación determinó que debíamos emprender y que jamás hicimos. Sólo hay humo en el destino que hasta ayer mismo era una línea sólida dibujada en el horizonte. El veneno trepa hasta el cerebro y nos estremece hasta dejarnos destrozados. Lo mejor es que a partir de los 50 irrumpen en el camino nuevas cordilleras, mares, espumas, firmamentos que cantan. Se esfuma el viejo sueño y nacen los días que vendrán a borrar los dolores. Al menos eso dicen los sabios.
5 comentarios
Francesca -
De todas formas espero que estos cuarenta no me resulten tan horrorosos y así veré que en poco tiempo me espera un sinfín de cambios.
Un saludo. Y una grata sorpresa llegar hasta este blog.
Veobesillo -
Wilma -
Veobesillo -
Lo que te pasa a los cuarenta es que te das cuenta que tu vida ya está dirigida inexorablemente en una dirección, y eso significa que no realizarás muchos sueños o ilusiones de tu juventud, aunque hayas conseguido otras. Eso deprime, aunque tengo entendido (mi experiencia no llega hasta ahí), que uno se recompone para los años venideros.
Wilma -