Mora
¿Acaso ya nadie recuerda que yo también fui mora?. Y bien bella y discreta que fui, que de mí se enamoró un número infinito de príncipes y no he de permitir que los cielos ni el infierno olviden mis muchas gracias y mi hermoso ingenio, que mis habilidades y gracias rindieron por igual a poetas y a malandrines, y todos ellos se pudieron ganar la vida gracias a mi bizarría de antaño. Qué tristes son ahora estas alquimias que manejan mis primas, que de sus barbas ya no me curo, pero señales hago para que desembaúlen sus magines y corten sus telarañas, que su entendimiento creció de mi tutela y doctrina, por ser yo de las más antiguas de sus madres. Plegarias hago para que entreguen las llaves de sus fortalezas a vagamundos que les rindan las voluntades con coplas y con brincos, que no me place ver en jaulas de pájaros a las que en mi mocedad fueron universos de gracias y donaires. Todos los contentos se marchitan y ahora vuestras aguas pasan como sombra y sueño, con un dolor de entrañas. Ya no soy de pendencia ni me meto en dibujos, pero tanto me cuesta estar mano sobre mano mientras vuestros ahijados riñen y hacen astillas, que sólo aguardo a que un encantador os devuelva de nuevo la figura, os borre de una vez ese gesto desgraciado, y acalle vuestras arengas y retóricas funestas .
7 comentarios
Tarik -
kurtuba -
Glauka -
No han avanzado.
Se han quedado allí y, además, han reculado.
Ya no nacen Averroes, Maimónides, Ben Mocaden y tantos otros que le dieron esplendor a esos años.
Ahora nacen fanáticos y, si no nacen, los hacen.
Y, como alguien ha dicho más arriba, machistas como ellos solos. ¿Sabemos algo de las mujeres de aquélla época? Directamente de alguna pluma femenina, me refiero. Yo creo que nada o casi nada.
Bisoño -
Piquita -
Acojonado -
El rey -