Tabaco
Vuelvo doctorcito de echar un cigarro ahí afuera, convencida de las bondades de la hermana Alaska y de la prima Finlandia, que gozan conservando las narices frescas y las manos rígidas cual si hubiesen satisfecho el último trance de la vida. Mis partes más íntimas se han vuelto púas de tiesas que quedaron, y mis lágrimas han caído a plomo al suelo, molidas y frías como granos de café de Indias. Así es que mis señores empuñan estas disciplinas para hacernos bien y tengo para mí que estos remolinos de fumantes, estos héroes coronados, estos sufridores de afrentas, habrán de agradecérselo con lágrimas en los ojos. ¡Oh liberales!, ¡qué gozo es regresar al techo que acoge el aire claro!, limpio de hilazas de humo putrefacto. Ahora se me alumbra el olfato sólo con puros olores de sobaco de cabra, con suspendidos y alegres aromas de arrogantes pies hechos de carne de momia. Esta selva tan intrincada de fragancias, esta empanada antes cegada de pesadumbre, ya se ha purificado del las manchas rústicas del tabaco y sólo templa los contentos hedores del fiambre de conejo. Mis señores entretienen mis sentidos con este laberinto de labradas tormentas de las no saldrán mis narices ni ayudadas con la soga de Teseo.
7 comentarios
manubalear -
Veamos, ante la tasca de la esquina, un fumata y una persona normal esperan para tomarse una cerveza y una tapita... ¿quién aguantará más, el fumata sin fumar... o el no-fumador sin respirar? Creo sinceramente que los hosteleros son cómplices de lloriqueo hipócrita, y eso llevará a tergiversar el sentido común.
manu, antifumata, quiero revertir matrix.
Alma -
Excelente blog, estare visitandote. saludos y abrazos desde México.
Alma
cromo -
Ángela Morales -
Seguiré tu huella cibernética.
Lo cierto es que se agradecen los comentarios, a veces parece que no haya nadie al otro lado.
Winston -
Imaz -
Ex -