Subastan en Londres vigas de la Mezquita de Córdoba
Nunca vi estacas con tantos novios, que bien parece que la memoria no acabó con sus pulcros labrados, propios de sultanes, reyes y emperadores. Ahora es afrenta haber perdido aquellas vigas, y doy por seguro que en tiempos las vendería algún autor secreto, que amigos fueron mis hijos de cambiar bolsas por arte y, a lo que se me acuerda, nadie de los que se las llevó vino con espada estoque y puñal, sino con buenos doblones de a cuatro. Será buena ventura recobrar esas maderas, que lo que se me arranca de lo profundo de mis entrañas me deja tan molida y con tanto quebranto, que a fe que sin ellas no recobraré más el contento.
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Mila -
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