Canarias urge a Zapatero a que frene la masiva llegada de inmigrantes
La miseria está a punto de destruir el fuerte anillo del poder. Miles de hambrientos se arrojan al mar abrazados a serpientes que mueren o matan para saciar la sed de sus gargantas. Todos los pueblos fueron furtivos en su origen y acecharon como lobos las fronteras, regresando una y otra vez abordo de barcos maldecidos. A este lado, el ojo de la tierra teme a los moribundos, divisa en la penumbra sus imágenes que acechan como pesadillas. Los mármoles del Imperio comienzan a temblar cuando ven agigantarse la sombra de generaciones que todavía viven en las páginas de la Biblia aguardando su Éxodo.
5 comentarios
Veobesillo -
Claro que todos tienen derecho a buscar la manera de huir del hambre, y nosotros la obligación moral de ayudarles, pero eso puede hacerse de maneras mejores que dejar que el oceano se inunde de pateras suicidas.
Silvia -
Veobesillo -
Y dicho esto, hay que aclarar que la emigración incontrolada no es buena para nadie excepto para los delincuentes (los de allí y los de aquí), y que se deben poner todos los medios a nuestro alcance para evitarla. La mejor manera de ayudar a los que lo necesitan es en sus paises, invirtiendo en ellos, y en muchos casos, ayudándoles a sacudirse a sus miserables gobernantes, a sus corruptas burocracias y a sus alienantes religiones.
Remartín -
Dash -