Almodóvar, Premio Príncipe de Asturias de las Artes
Almodóvar siempre trae aroma áspero y nostalgia de las horas. La realidad no es, para él, indivisible: centellea en cualquier azotea, en cualquier casa encalada, en cualquier barrio del extrarradio. La vulgaridad acaba por desenterrar la esencia de los hombres y las mujeres, que quedan desnudos ante un mundo extraño, ordenado hasta su extremo más minúsculo según una invisible pauta matemática. Pero incluso ahí persiste el ser humano con toda su potencia, con toda su sangre de haber vivido días desiguales, cuerpos materiales que recuerdan que no son fantasmas, que esperan al amor incluso cuando este ya se ha marchado para siempre.
8 comentarios
Silvia -
Remartín -
Silvia -
Remartín -
Almodóvar, al igual que tú, va con el insulto por delante y prejuzgando sin saber. Hay quien a eso lo llama fascismo.
Silvia -
Gabriela -
Muchos saludos.
Remartín -
Balloon -