España se despide del diván
España inmortal, sueño y pesadilla, cargada de nostalgia y de reinos perdidos, de ser de eternidad, de horizontes infinitos. España me llaman aún y a nadie causo envidia. Tiene algo de hermoso este instante fugaz que deshace con un soplo siglo tras siglo. Llevo mi corazón a una gran plaza y lo expongo al tiempo, a las tinieblas y al sol del mediodía. Todo es frágil y a la vez efímero. Sé que es imposible mi muerte y también sé que no me reconozco con tantas máscaras impuestas. Desconozco a dónde voy y quién me lleva, pero tantos sacrificios no pudieron ser en vano. Ahora todo es esquivo: se deshace y se suspende cuando aún no ha tomado sustancia. Me siento ligera y tibia y llego a percibir las manos que poco a poco apagan mi memoria. Voy a dormir bastante tiempo mi imperio milenario. Adiós.
11 comentarios
Antonio Rial -
Gabriela Zayas -
Pina -
Mariluli -
¡No me haga esta faena, hombre, que le acabo de descubrir!
Mantenga este blog tan actualizado como le permitan sus ocupaciones, pero no lo abandone, por favor.
Dash -
Becariaprecaria -
M. Sollo -
Veobesillo -
Sentiré mucho que desaparezca tu bitácora, Rial. Ha sido breve pero intenso. Esperemos que sea solo un hasta luego. Y a vosotros, anónimos comentadores, que tanto me habéis dado que pensar, gracias también y hasta pronto.
Remartín -
Echaré de menos los dardos de la dama roja. Un abrazo
Silvia -
Antonio Rial -