
Lo veloz y lo sencillo se imponen a la vieja tortuga. Lo que leemos se transforma en un estado mental en el que la irrealidad se convierte en un método de conocimiento. El papel es el cadáver de un árbol que no merece ese trato. El pensamiento traducido en palabras es una ilusión tan rara que se acomoda bien al vehículo de la luz y parece que en apenas una generación las bibliotecas serán un mero artefacto estético, tan innecesario como decorativo. Lo que no morirán son las palabras, la maquinaria indescifrable del pensamiento complejo que tan sólo es capaz de ejecutarse en el texto escrito. La zozobra de un escritor siempre hallará la inesperada vigilia de otra cabeza que lee.
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Veobesillo -
Lalia -