
El espejo nos devuelve siempre una realidad radicalmente deformada. No vemos la misma imagen que los demás y nuestra interpretación no es más que una creencia fundada en la que hemos ido viendo a lo largo de la vida y que arbitrariamente juzgamos como gorda o flaca, afectuosa o descreída, fatigosa o jovial , guapa o fea. Nuestra materia visible a menudo nos fastidia y ofende, y la tratamos de reaclimatar con valijas, cortes de pelo y muelas emplomadas. El pacto no siempre es cordial y con frecuencia la nariz, los ojos, las cejas o el cortorno de la cintura tienen vidas propias que resultan incongruentes con nosotros mismos y nos ponen fecha de caducidad.
3 comentarios
Antonio Rial -
Trato de que los autores de las imágenes aparecezcan cuando pones el raton sobre ellas y pulsas con el boton derecho "propiedades". Todas son de la página Illustrationmundo.com.
En todo caso, tomo nota de tu sugerencia.
Besos.
Judith Gallimó -
Felicidades, Antonio, por el blog. He llegado aquí de pura casualidad, navegando en busca de otra cosa, como suele ser habitual.
Pero me gusta el lugar, tomo nota de la ruta y regresaré.
Tienes un gusto exquisito para elegir imágenes pero ¿podrías intentar citar su procedencia?... lo sugiero porque los autores visuales también tienen su corazoncito aunque la Sgae no los ampare, y porque está bien dar pistas y abrir caminos. Me gustaría saber a quien pertenecen varias de las que tienes puestas.
Un saludo
arati
Anancástica -