Bardem cree que están locas las personas que le ven como un símbolo sexual
El espejo nos devuelve siempre una realidad radicalmente deformada. No vemos la misma imagen que los demás y nuestra interpretación no es más que una creencia fundada en la que hemos ido viendo a lo largo de la vida y que arbitrariamente juzgamos como gorda o flaca, afectuosa o descreída, fatigosa o jovial , guapa o fea. Nuestra materia visible a menudo nos fastidia y ofende, y la tratamos de reaclimatar con valijas, cortes de pelo y muelas emplomadas. El pacto no siempre es cordial y con frecuencia la nariz, los ojos, las cejas o el cortorno de la cintura tienen vidas propias que resultan incongruentes con nosotros mismos y nos ponen fecha de caducidad.